Por fin se inicia la temporada de tierra con el torneo de Montecarlo, es la esperanza de Nadal, su mejor superficie, donde la bola no corre tanto y sus golpes liftados hacen daño. Entraba en el cuadro como número cinco, con lo que no era difícil que se encontrará con alguno de los cuatro primeros antes de tiempo. Rafa se cruzó en semifinales con su compatriota Ferrer al que logró derrotar en tres sets, dando eso sí una buena sensación.
En semifinales le esperaba el número uno Djokovic, intratable en este año. El mallorquín ha realizado un buen partido, con puntos muy luchados en los que se ha llevado el punto levantando su puño y animándose; pero para ganarle al serbio es necesario jugar perfecto y hoy el saque no le ha funcionado, su segundo era demasiado lento y Nole lo ha machacado siempre que ha podido, su derecha no le ha corrido como otras veces y su costumbre de cubrirse el revés ha abierto huecos en los que el serbio ha colocado sus golpes. Al final un doble 6-3 para Djokovic, que nos deja una sensación agridulce.
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