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13 mayo 2018

Tenis. Madrid. Gran ambiente, extraordinario escenario y elitista organización.

No siempre se puede tener un Torneo Open 1000 relativamente cera de casa, a 600 Km, pero a los que nos gusta este deporte poder ver a estos grandes jugadores siempre merece la pena y, aunque la distancia y los precios no permiten hacerlo todos los años, si que se puede de vez en cuando y así ver a los grandes tenistas del circuito y deleitarse con algunos partidos, normalmente cuartos.

Caja Mágica. Pista Central. Open Mutua de Madrid 2018.


Llegar fue todo un dilema, la entrada era para las 18:30 en la Caja Mágica, en el suroeste de Madrid, cerca de algunos barrios pobres y con unas comunicaciones, para un evento así, que dejan mucho que desear. El aparcamiento es insuficiente y caro, la información casi inexistente y la fluidez del tráfico penosa, hasta que no se llegaba a la puerta del parking no se sabía si había sitio, y tras 5 horas de viaje pues.... la solución final fue subir el coche a un descampado y rezar porque estuviese entero al volver, no fuimos los únicos. La entrada al recinto no fue problemática, la cola fluía bien a pesar de que con las medidas de seguridad nos cachearon dos veces y después revisaron la entradas, pero teníamos la suerte de poder ver como los VIP's entraban de forma directa después de dejar sus vehículos bien aparcados. Vergonzoso esta discriminación económico-social que promocionan los organizadores de  este evento, lo mismo se ve en la distribución de los asientos en las pistas donde la zona vip es inmensa si se compara con otros torneos similares, normal si pensamos que con nuestras entradas se les subvenciona, además no es posible introducir ni alimentos ni bebidas desde la calle, todo hay que comprarlo dentro. Todo se complicó a la salida, con colas mayores que a la entrada.
A parte de todo ésto, el espectáculo lo dan los jugadores, habíamos comprado entradas para el turno de noche, y no pudimos ver al héroe español Rafa Nadal, que perdía frente a Thiem justo en el tiempo en el que entrábamos en el recinto. Vimos dos partidos de cuartos, el primero en la pista dos entre los jóvenes  Shapovalov y Edmun, un cruce de pegadores que se lo juegan todo en cada punto, donde domina el saque y los intercambios intensos pero cortos, donde los tenistas mostraban su gran técnica y potencia, pero la poca estrategia de su juego. Magnífico partido a tres sets, de poder a poder, donde cualquier despiste era aprovechado. El ganador, el joven canadiense famoso por golpear con una bola a un juez de silla.



El segundo partido prometía una lucha mayor entre Zverez y Isner, dos gigantes de gran saque, pero no se cumplieron nuestras expectativas, los puntos no duraban más de tres golpes y el americano no era capaz de soportar los golpes colocados del alemán, ni su saque lo salvó. A pesar de que aplaudimos para animarlo y ver un poco más de tenis, no se sí por alguna lesión u otra cosa Isner tan solo mostraba saque, para llegar aquí debería haber tenido unos cruces no muy complicados.

Hoy ya sabemos que la final enfrentara al austriaco Thiem y al alemán Zverez, dos jóvenes que ya están arriba y que van sustituyendo a los grandes como Nadal, Djokivic y Federer, son el futuro. He decir que nuestra experiencia ha sido muy buena, aunque los precios son muy caros y la logística del evento ha de mejorar y mucho. ¡¡¡Ahh!!!, una petición, reduzcan la zona vip y disminuyan sustancialmente el número de invitados.

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