Ha caído nuestro gran campeón en el Gran Slam parisino, en un partido duro en el que poco ha podido hacer frente a la fuerza y el gran acierto del jugador sueco. No creo que fuera cuestión de suerte porque Robin ya había demostrado ante nuestro paisano Ferrer que se encontraba en un momento óptimo de juego, con un saque casi perfecto, una derecha plana demoledora, un revés correcto y una precisión en todos sus golpes inimaginable, y ante todo este potencial poco pudo hacer el luchador David y lo mismo el número uno del mundo Rafa Nadal. Ambos pusieron todo el esfuerzo posible pero hacía falta más juego.
Siempre he considerado a Nadal como un gran atleta, con una gran cabeza, que tiene golpes magistrales con los que gana a todo el que se le enfrente. Pero también he pensado que debía mejorar algunos aspectos de su juego, en concreto el saque. En este último partido apenas ha superado los 180 km/h cuando su contrincante ha presentado una media de 201 km/h. Como consecuencia de ese desfase el sueco ha podido restar con una gran efectividad colocando la bola casi en los pies de Nadal y cogiendo inmediatamente la iniciativa, y cuando sacaba más de lo mismo, ya que también podía dominar el punto desde el principio.
Además Rafa ha demostrado algo más, que sabe perder con dignidad reconociendo sus fallos y la superioridad del rival. Incluso ha sabido responder a ese público francés que parecía considerarlo como un enemigo y no le reconocía como el actual número uno del mundo. Creo que la actitud del público no tiene nombre, normalmente siempre van con el que pierde, por eso de que quieren más tenis, pero ayer iban con el que ganaba y querían que terminara lo antes posible con la corona de Rafa, como si tuvieran miedo de que el español pudiera resurgir y ganar, había que acabar con él y, cuando finalizó el partido aplaudieron a rabiar, pero no solo en esa pista sino en todas las demás. Parece que los franceses no pueden soportar que otro español se lleve todos los laureles, quizá lo que debieran hacer es buscar las causas por las que carecen de ganadores en Tenis y en otros deportes.
Siempre he considerado a Nadal como un gran atleta, con una gran cabeza, que tiene golpes magistrales con los que gana a todo el que se le enfrente. Pero también he pensado que debía mejorar algunos aspectos de su juego, en concreto el saque. En este último partido apenas ha superado los 180 km/h cuando su contrincante ha presentado una media de 201 km/h. Como consecuencia de ese desfase el sueco ha podido restar con una gran efectividad colocando la bola casi en los pies de Nadal y cogiendo inmediatamente la iniciativa, y cuando sacaba más de lo mismo, ya que también podía dominar el punto desde el principio.
Además Rafa ha demostrado algo más, que sabe perder con dignidad reconociendo sus fallos y la superioridad del rival. Incluso ha sabido responder a ese público francés que parecía considerarlo como un enemigo y no le reconocía como el actual número uno del mundo. Creo que la actitud del público no tiene nombre, normalmente siempre van con el que pierde, por eso de que quieren más tenis, pero ayer iban con el que ganaba y querían que terminara lo antes posible con la corona de Rafa, como si tuvieran miedo de que el español pudiera resurgir y ganar, había que acabar con él y, cuando finalizó el partido aplaudieron a rabiar, pero no solo en esa pista sino en todas las demás. Parece que los franceses no pueden soportar que otro español se lleve todos los laureles, quizá lo que debieran hacer es buscar las causas por las que carecen de ganadores en Tenis y en otros deportes.
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