No podemos dudar de la necesidad de cambiar un gobierno que sobrepasado por los acontecimientos económicos, el aumento espectacular del paro y la entrada en un periodo de recesión, no ha sabido comunicar a los españoles que estaba trabajando por la recuperación, que las sucesivas medidas que había puesto en marcha iban a lograr primero parar la destrucción de empleo y a continuación lanzar de nuevo la actividad económica. A esta falta de comunicación se ha unido la impresión de la existencia de un gran distanciamiento entre el presidente y el superministro de economía, y para colmo de males el señor Solbes aparecía como agotado y sin ideas, transmitiendo una sensación de desgana y apatía que a todos nos sorprendía.
Por tanto era necesario dar un giro en la composición del Gobierno. Pero, ¿ ha sido acertada la remodelación ?, ¿ logrará el ejecutivo dar otra sensación ante los ciudadanos?,… Mi impresión es que el resultado no ha sido demasiado meditado y por tanto no parece haber logrado dar la sensación de empuje y de aires nuevos que el presidente quería. Independientemente de los cien días que por deferencia hay que darles a los nuevos ministros hay que hacer algunas consideraciones:
Primero creo que se ha perdido la oportunidad de haber realizado un gesto en pro de la lucha contra la crisis, por ejemplo disminuyendo el número de ministerios, podría haber unido educación y cultura, fomento y vivienda, industria e investigación, con ello daría una sensación de disminución del gasto público, vamos de que el gobierno se apretaba el cinturón.
Segundo, considero que ha realizado sustituciones que eran innecesarias como sustituir a Soria, cuya actuación ha sido de las más claras y aceptables dentro del gobierno, poniendo en Sanidad a una dirigente de su partido sin experiencia en el tema, parece como si con el nombramiento premiara la lealtad y el apoyo que recibió de Trinidad. Lo mismo pasa con los ministros de Cultura y de Educación, a los que parece ha sacrificado en pos de obtener un gobierno más político y más centrado en el partido.
Tercero, el nombramiento de Salgado como superministra de economía, cierto que es una de las personas de confianza del presidente y cierto que ha demostrado su gran capacidad como gestora en los ministerios que ha ostentado, pero creo que en ese puesto habría que haber colocado a una persona con experiencia reconocida en el mundo económico, aunque fuese independiente, alguien cuya sola presencia tuviera el respeto de los sindicatos, de los empresarios y de la banca, con ello habría evitado las múltiples criticas que esta persona está recibiendo. Parecería que en este ministerio Zapatero ha querido poner a alguien muy leal y cercana, que no tenga opiniones divergentes y que de alguna manera le permita al presidente definir y decidir en política económica, siendo la ministra una mera ejecutora.
La elección de Pepe Blanco como ministro de Fomento me plantea menos dudas, ya que por un lado era necesario dar descanso a la anterior ministra, tan criticada y atacada por la oposición, y era bueno dar entrada a alguien tan importante en la política del partido socialista, copiando en cierta medida los modelos de anteriores presidentes.
Por último, la elección del Presidente andaluz ha sido sobretodo un acierto para el PSOE de Andalucía, porque le ha permitido a Chaves colocar en la presidencia a su sucesor y le ha permitido una honrosa salida del gobierno de Andalucía. El ministerio que ha creado no se si tendrá suficiente entidad y lo que es más si tendrá suficiente trabajo una vez que la cuestión catalana se resuelva, pues a partir de ese momento…
Y una última pregunta ¿deberían haber salido otros ministros o ministras? Mi opinión es que si.
Por tanto era necesario dar un giro en la composición del Gobierno. Pero, ¿ ha sido acertada la remodelación ?, ¿ logrará el ejecutivo dar otra sensación ante los ciudadanos?,… Mi impresión es que el resultado no ha sido demasiado meditado y por tanto no parece haber logrado dar la sensación de empuje y de aires nuevos que el presidente quería. Independientemente de los cien días que por deferencia hay que darles a los nuevos ministros hay que hacer algunas consideraciones:
Primero creo que se ha perdido la oportunidad de haber realizado un gesto en pro de la lucha contra la crisis, por ejemplo disminuyendo el número de ministerios, podría haber unido educación y cultura, fomento y vivienda, industria e investigación, con ello daría una sensación de disminución del gasto público, vamos de que el gobierno se apretaba el cinturón.
Segundo, considero que ha realizado sustituciones que eran innecesarias como sustituir a Soria, cuya actuación ha sido de las más claras y aceptables dentro del gobierno, poniendo en Sanidad a una dirigente de su partido sin experiencia en el tema, parece como si con el nombramiento premiara la lealtad y el apoyo que recibió de Trinidad. Lo mismo pasa con los ministros de Cultura y de Educación, a los que parece ha sacrificado en pos de obtener un gobierno más político y más centrado en el partido.
Tercero, el nombramiento de Salgado como superministra de economía, cierto que es una de las personas de confianza del presidente y cierto que ha demostrado su gran capacidad como gestora en los ministerios que ha ostentado, pero creo que en ese puesto habría que haber colocado a una persona con experiencia reconocida en el mundo económico, aunque fuese independiente, alguien cuya sola presencia tuviera el respeto de los sindicatos, de los empresarios y de la banca, con ello habría evitado las múltiples criticas que esta persona está recibiendo. Parecería que en este ministerio Zapatero ha querido poner a alguien muy leal y cercana, que no tenga opiniones divergentes y que de alguna manera le permita al presidente definir y decidir en política económica, siendo la ministra una mera ejecutora.
La elección de Pepe Blanco como ministro de Fomento me plantea menos dudas, ya que por un lado era necesario dar descanso a la anterior ministra, tan criticada y atacada por la oposición, y era bueno dar entrada a alguien tan importante en la política del partido socialista, copiando en cierta medida los modelos de anteriores presidentes.
Por último, la elección del Presidente andaluz ha sido sobretodo un acierto para el PSOE de Andalucía, porque le ha permitido a Chaves colocar en la presidencia a su sucesor y le ha permitido una honrosa salida del gobierno de Andalucía. El ministerio que ha creado no se si tendrá suficiente entidad y lo que es más si tendrá suficiente trabajo una vez que la cuestión catalana se resuelva, pues a partir de ese momento…
Y una última pregunta ¿deberían haber salido otros ministros o ministras? Mi opinión es que si.
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