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12 abril 2009

La dirección de la economía

Dicen que el presidente tras la derrota en las elecciones gallegas dijo: "No se puede esperar más. No hay tiempo que perder, la crisis lo devora todo, y hay que salir al paso con energía". Con lo que las previsiones iniciales de remodelar el gobierno después de las elecciones europeas tuvieron que adelantarse y realizarlas después de las reuniones del G20, de la OTAN y de la Alianza de civilizaciones. Y lo peor no fue eso sino que las filtraciones hicieron que la cosa se precipitase aún más. No obstante, la remodelación comenzó a gestarse hace tiempo y la idea principal del jefe del ejecutivo era tomar impulso, para eliminar la sensación de desgaste que el ciudadano percibía y que posiblemente se pondría de manifiesto en los resultados de las europeas.

Hoy algún periódico indica que el PP le saca 4,5 puntos al PSOE en intención de voto, razón de peso como para que los nuevos ministros se lancen a la palestra y demuestren que el gobierno no está inactivo ante la profunda crisis. Tendrán que hacer ver al electorado que las medidas que se han puesto sobre la mesa se están cumpliendo y han comenzado a dar resultados. Y este es el cometido que el presidente ha encomendado especialmente a la ministra Salgado y al ministro Blanco, ambos han de demostrar la mayor eficacia mostrando a todos que existen fondos y que éstos se están dedicando a la realización de la obra pública, punta de lanza de la economía de nuestro país.

Hay que reconocer que las medidas se tomaron por el anterior gobierno y que la ocupación principal del nuevo gabinete será el de hacerlas efectivas. Y si actualmente no se dispone de los fondos prometidos habrá que modificar la ejecución presupuestaria de algunos departamentos como los de Defensa, y otros que lo único que producen son gastos de los que actualmente se puede prescindir.
Todo parece indicar que Zapatero ha colocado a Salgado para que ejecute las iniciativas aprobadas contra la crisis, reservándose él y su gabinete la definición de la economía, salvando de esta manera las reticencias del cesante Solbes con quien se había encontrado en más de una ocasión y evitando la desgana que el anterior vicepresidente parecía transmitir. Creo que el presidente debería haber sido más claro en este sentido y haber comunicado a la opinión pública que desde este momento las riendas de la economía las llevaba directamente él, lo mismo que en caso del deporte .

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By ISF