Los juegos, jugar es la actividad de la que más disfrutan los niños. Desde pequeños jugando se divierten y aprenden. También a los mayores les gusta practicar juegos, actividades que les hacen sentirse bien y de las que si parece que ya no obtienen ningún aprendizaje si les reporta innumerables satisfacciones ya sean intelectuales o sensoriales.
Sin embargo, los mayores también utilizan estas técnicas poniéndolas continuamente en prácticas, les gusta los juegos de estrategia en las que cada contrincante va moviendo piezas como en una partida de ajedrez, esperando el movimiento del contrario y preparando la siguiente jugada en base a su experiencia con el único objetivo de ganar la partida independientemente del coste en piezas que le suponga.
Pero, nuestro mundo también está sujeto a las actividades de los grandes países que mueven sus peones y sus piezas como si de un gran tablero de ajedrez se tratara y, en estos casos si que es importante ganar, no importe si se amenaza a otros países, si se realizan atentados o acciones de guerra, o se invade otra nación, lo importante es que el mundo se entere de que el gran emperador, el gran gendarme es el que decide cual es el futuro y todo vale en defensa de sus fronteras y de sus intereses. Hace poco Afganistán, después Irak y quizá en breve tiempo Irán, países que representan e imperio del mal, países que en un momento determinado dejaron de ser aliados de la gran potencia y que cayeron en desgracia, países subdesarrollados unos y en vías de desarrollo otros, todos caracterizados por ser regímenes no democráticos, dictatoriales, el primero y el último con grandes reservas energéticas y el otro centro de movimientos terroristas islámicos.
Al final los grandes beneficiados serán las multinacionales del petróleo que ven como sus beneficios son cada vez mayores gracias a las subidas del crudo provocadas por la situación de inestabilidad que las amenazas o las intervenciones de occidente producen. Los perjudicados en especial los países intervenidos y después todos los consumidores que ven como sus bolsillos sufren con el juego que practican los grandes.
Esperemos que los jugadores se den cuenta de las repercusiones de sus movimientos, de la situación del mundo y de la necesidad de invertir más en el desarrollo de los desfavorecidos y en disminuir las distancias entre pobres y ricos. Creo que no deben olvidar que la historia nos ha enseñado que las grandes potencias hegemónicas no son perennes y también caen dando paso a otras, aunque no espero que esto suceda porque será la misma situación pero con otros actores. Tan solo desear que las cosas cambien.
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