El motor del fin de semana nos mostró la gran competencia que hay en el ambiente, dos pilotos Rossi en motos y Alonso en F1 representan a la generación pasada, sus triunfos y su supremacia parecen en horas bajas, bien por no disponer de una máquina adecuada o bien porque la nueva generación viene fuerte, está preparada y quiere triunfos.
Los casos son bien distintos, en motos Rossi lo ha sido todo y no quiere que nadie le haga sombra, Pedrosa y Lorenzo no son oposición, pero Marques significa algo más, es un líder por naturaleza, un piloto agresivo y seguro, que no pierde la calma y que sin duda tiene las cualidades para hacer olvidar o para suceder a Rossi. Por ésto, el italiano no duda en utilizar cualquier herramienta para atacar y desestabilizar al español, por eso ladra y acusa, porque sabe que hoy por hoy en la pista no puede con Marquez.
Alonso por su parte es el rey destronado, el piloto casi perfecto que parece superior a todos pero que no encuentra la máquina que necesita. Su mayor pecado en mi opinión ha sido su ambición, que le ha hecho ser exigente de más y ha provocado rechazo entre quienes le rodean. Su pase por Ferrari y hasta ahora por McLaren no ha sido un cúmulo de éxitos sino más bien de fracasos. Este año parece sonar distinto, pero todo está por ver, esperemos que esa "mala suerte" que le acompaña finalice.
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