Los Campeonatos del Mundo de Atletismo que se celebran estos días son un auténtico acontecimiento, lástima que la asistencia de público no sea demasiada, pues a través de la tele se puede ver un auténtico espectáculo.
Siempre me ha sorprendido la gran capacidad de sufrimiento que tienen los atletas, meses entrenando para poder asistir a uno de estos acontecimientos y, cuando están en él jugárselo todo en muy poco tiempo. No se puede fallar, porque no hay posibilidad de enmendarlo hasta dentro de dos años. De joven practique este deporte que abandoné cuando me di cuenta de lo sacrificado que era, lo solo que te encuentras en los entrenamientos y en las competiciones, para tener siempre el temor de fallar y no poder remediarlo.
No obstante, he de admitir que disfruto cuando veo las distintas pruebas, especialmente el semifondo y los saltos, también la velocidad porque el resultado se dilucida en décimas de segundo.
De los españoles mejor ni hablar, a nuestro país le cuesta tener buenos atletas, no parece haber continuidad entre generaciones y siempre estamos con los altibajos propios de un deporte tan sacrificado. Nuestros jóvenes prefieren los deportes de equipo como el fútbol, el baloncesto, el balonmano,... o, el tenis que tan buenos resultados nos da.
En estos días hemos podido ver los saltos con pértiga, el nuevo triunfo de la rusa Isinbayeva que coincide con su retirada, el dominio en los cien metros lisos del jamaicano Bolt, la sorpresa de los cuatrocientos, los ochocientos sin presencia española,....
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