Tras siete meses en el dique seco por su lesión en la
rodilla, Rafael Nadal vuelve a ganar un torneo, el de Sao Paulo. La final no era
fácil, en primer lugar por que su oponente David Nalbandian es un duro oponente,
capaz de poner en apuros a cualquier jugador, y en segundo lugar porque tras la
semifinal el mallorquín se volvía a quejar de su articulación.
El español encauzó el partido desde el primer momento,
logrando la primera manga por un claro 6-2; sin embargo, en la segunda el
argentino intentó reaccionar y al menos ponérselo más difícil a Rafa, llegando
al tres iguales el ex número uno se rehizo logró un break y se llevó el set por
6-3 y, con ello el partido.
El balance de los dos torneos disputados en tierras
sudamericanas no puede ser más positivo, dos finales y un trofeo, y lo
importante la rodilla parece responder. Ayer Rafa siguió siendo el mismo, aunque
la madurez le permitió en momentos del partido no ir a por aquellas bolas
imposibles que aunque le daban la vida le gastaban mucho
físicamente.
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