Si el comienzo de las semifinales nos había mostrado a un David Ferrer pletórico de juego que dominaba el marcador llegando al 5-2 en el momento de la suspensión por la amenaza de tornado, al día siguiente la cosa no pintaba lo mismo. Ferrer logró ganar su servicio y llevarse el primer set, pero algo había cambiado. Parece que el parón fue aprovechado por Djokovic y su equipo, si el día anterior se vio sobrepasado hoy no lo estaba y se había convertido en un huracán sobre la pista. El serbio siempre lograba la iniciativa, si sacaba recibía restos fáciles y si recibía tras unos pocos intercambios lograba la iniciativa cambiando el ritmo de la bola, abriendo ángulos inverosímiles tanto de derecha como de revés.
El partido fue vistoso, el público se divirtió porque ambos jugadores lo daban todo sobre la pista, cada uno con sus recursos intentando sobrepasar al contrario, pero Nole es un auténtico maestro en pista dura, no solo por sus golpes decisivos sino porque sabe moverse y va a todas las bolas. Por tanto justo vencedor de la semifinal.
David ha cumplido, ha llegado incluso más lejos de lo esperado, es un jugador que se lo merece y que con un poco más quizá nos pueda dar aún alguna alegría de ganar un master.
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