Tras la decepción de Spa y la avería que el sábado le impidió disputar la Q3 en Monza, Fernando tenía una ardua tarea por delante. Primero debía avanzar en la salida, desde un lejano décimo puesto, y lo cumplió, pero después debía ir acercándose lo máximo posible a su gran enemigo el alemán Vettel y, también lo hizo. De nuevo, con un coche que responde, Alonso fue comiéndose piezas hasta que se puso detrás del de RedBull al que comenzó a acosar, la respuesta del teutón no fue demasiado deportiva pues cerraba todos los intentos del asturiano para sobrepasarlo cubriendo los huecos cambiando de trayectoria y obligando a Fernando a frenar e irse para atrás, hasta que al final lo consiguió. Las acciones de Vettel fueron calificadas por los comisarios como faltas y lo sancionaron con un pase por boxes algo que no le sentó muy bien. A continuación vino la suerte, primero Button abandonó por avería, después Webber dio un trompo y también abandonó, y por último Vettel también por avería.
Fernando llegó con ello a la cuarta posición, delante tenía a su compañero Massa que lleva dos grandes premios cumpliendo a la perfección, que le dejó pasar, con lo que el asturiano se situaba segundo aunque muy lejos de Hamilton. El trabajo estaba hecho, el podio era seguro, aunque en lugar de segundo se tuvo que conformar con ser tercero porque el mexicano Sergio Pérez surgió por detrás devorando bólidos y si la carrera hubiera sido un poco más larga quizá hubiera sido el ganador.
El resultado no podía se mejor, Fernando sigue líder del mundial, seguido por Hamilton que se convierte en su máximo contrincante especialmente porque McLaren ha dado en la diana y ha conseguido un coche muy competitivo.
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