Hoy es lunes y para muchos significa la vuelta al trabajo, para otros la vuelta a la rutina, pero quizá para la mayoría signifique la dura tarea de enfrentarse de nuevo a algo una vez que ha finalizado el fin de semana.
Tomando café esta mañana he escuchado "uf¡ lunes, que pocas ganas tengo de trabajar...", y he mirado a mi alredor viendo como eso mismo parecian pensar los que nos rodeaban. Quiza el trabajo del que disfrutamos tan solo sea una forma de conseguir dinero y por tanto carece del suficiente interés para nosotros, quizás sería ideal el poder cambiar de oficio todos los días o todas las semanas o todos los meses. Pero lo cierto es que en este país los cambios son difíciles y las personas tienden a asentarse en la comodidad de la seguridad y de la tranquilidad, por ello durante la semana se van contando los días que faltan para el fin de semana como si de una liberación se tratara, aunque su llegada tan solo signifique quedarse más rato en la cama, no tener que someterse a los horarios, no tener que atender al público y sobretodo no tener que soportar a los jefes y compañeros.
Bueno, la semana comienza y el tajo espera....
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