Diecinueve años han pasado desde la última Copa del Rey ganada por el Real Madrid, un equipo con grandes triunfos en el pasado pero que llevaba años sin conseguir ningún trofeo, con crisis sucesivas, con cambios de entrenadores que no lograban conformar un equipo competitivo y, ayer por fin con un nuevo entrenador Pablo Laso y una plantilla repleta de jóvenes, logró imponerse en la final a su gran bestia negra de todos estos años, que no es otro que el Barcelona. Y lo hizo de principio a fin, dirigido por un gran Llul que además fue mejor jugador y acompañado por todos sus compañeros que aportaron lo que el equipo necesitaba para ganar con claridad por 17 puntos a un Barcelona plagado de estrellas.
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