El invierno ruso es frío, muy frío, tanto que no solo se congelan
los alientos sino que también lo hacen las ideas y también, claro está el
físico. Ayer los jugadores del Madrid tuvieron que soportar temperaturas bajo
cero y jugar sobre césped artificial, el balón no corría como siempre y no se
comportaba como suele hacerlo, estas quizás fueran las razones que les
impidieron hacer un juego más elaborado y más constructivo, además en frente
tenían a once guerreros que más que jugar impedían el juego, corrían y
presionaban constantemente y aunque no mostraban demasiadas calidades, si que
querían demostrar que podían plantarle cara a uno de los más grandes equipos
del mundo.
El Madrid se
adelantó en un fallo defensivo de los rusos aprovechado por Ronaldo, pero no
supieron aprovechar las oportunidades que se les presentaron y, al final se
encontraron con que los moscovitas aprovecharon su última oportunidad para
empatar el partido en una jugada a balón parado, nada menos que en el minuto
92, con el tiempo casi concluido.
Ahora, con un
empate a uno el Madrid deberá imponer su calidad y su juego en el partido de
vuelta, al menos será bajo unas condiciones más humanas.
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