Al Real Madrid le pesó el partido de ida jugado en el Bernabeu, el 1-2 conseguido por el Barcelona fue suficiente para que los blaugranas pasaran a semifinales de la Copa. Aunque Mourinho declarara que no se arrepentía del planteamiento del partido de casa, lo cierto es que la presión de los seguidores blancos y sobretodo la de los jugadores españoles ha sido fundamental para que el equipo cambiara de cara y saliera a jugar y no a no perder, en Barcelona el equipo merengue plantó cara, dominó de principio a fin y tan solo la falta de definición de los primeros minutos del partido, con dos oportunidades perdidas, le impidió ganar y pasar la eliminatoria.
Los aficionados blancos y los medios afines han acusado al arbitro de la pérdida del partido, y es cierto que su actuación no fue nada afortunada, sus decisiones fueron malas para los dos equipos aunque el más perjudicado fue el Madrid. Y lo cierto es que todas estas críticas a los arbitrarios podrían evitarse si los organismos federativos de fútbol admitieran de una vez por todas la necesidad de introducir elementos tecnológicos que apoyen las decisiones arbitrales y minimicen los errores, aunque claro ésta que sin polémica no se llenarían los periódicos y los demás medios de comunicación.
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