Monotonía política

Buenos días, ¡ uf ! Lo que cuesta ponerse delante del PC y escribir, máxime cuando parece que los temas a los que te puedes referir se repiten continuamente, la política es cíclica y los partidos de derecha, de izquierda, nacionalistas, independentistas,... siempre dan los mismos mensajes y siempre actúan o reaccionan de la misma manera. Lo malo de su actuación reiterada y repetitiva es que a los ciudadanos nos llega a cansar tanto que acaba produciéndonos hastío.

Hace poco un amigo me decía que le habían encargado junto con otros muchos elaborar el programa de un determinado partido, el es el coordinador de una de las áreas, a la que aportan sus informes y sus propuestas otras tantas personas, algunos de ellos militantes, otros independientes de reconocido prestigio y otros representantes de la sociedad. Me comentaba lo duro que le estaba resultando, las luchas en las que se había visto envuelto, las presiones a las que estaba sometido,... había muchos interesados en participar pero los que más cizañeaban eran los que menos aportaban, era como una carrera por salir en la foto, por hacer méritos para que el partido los viera, que no eran extrañas las zancadillas y las puñaladas por la espalda. Es otra forma de la política, todo el que quiere poder, poder político, no duda en utilizar todas las armas que tiene a su mano.

A nivel local también se nota esta lucha, dentro de este entramado se forman las distintas tendencias cuyo objetivo esencial es conseguir el poder, y con ello poder acceder a los ayuntamientos, a las diputaciones, a los parlamentos, y a los puestos directivos de la administración y de las empresas públicas. Los matices que distinguen a las distintas tendencias no sabría decir si realmente contienen alguna razón política, pues parece que los movimientos se producen más bien por amistad o enemistad. Y aquí el que gana es el que se lleva el gato al agua, el que pone y quita a las personas, en definitiva es el “capo”. Puede que la expresión, “capo”, parezca muy fuerte ya que esa persona ha sido elegida democráticamente por los militantes de su partido, pero lo que quiero indicar es que desde el momento de que es elegido lo normal es que los puestos o los cargos sean ocupados por aquellos que se declararon sus fieles y muchas veces prima la fidelidad a la capacidad para el desempeño. Quizá sea algo que pasa en todas las organizaciones, y evidentemente al elegir entre personas con la capacidad suficiente se optara por aquellas en quien se tiene confianza. Todo se puede justificar.