Cuando decidí hacer mi blog lo denominé “Día a Día” porque era lo que pretendía, dedicar un tiempo de cada jornada a escribir algo. Inicialmente pensé que serían muchas las ideas que acudirían a mi mente, de muy diversos temas políticos, sociales, hasta personales, pero me he dado cuenta que al final lo que he hecho es opinar de la política nacional e internacional y de algunos temas sociales, y mis opiniones han sido las del ciudadano común que ve con preocupación como tanto la vida nacional como la internacional se complican, no existiendo voluntad de algunas de las partes por llegar a acuerdos que aunque mínimos contribuyan a disminuir esa crispación que parece dividirlo todo en dos partes.
Existen temas más cercanos a los que también me gustaría referirme, temas que me afectan más directamente pero que considero que comparados por los otros tendrán mucha menos “audiencia”, lo pongo entre comillas porque no creo que este lugar desde el que me dirijo sea visto por muchas personas ya que más bien es mi “memoria histórica”, ya lo comento en mi perfil.
Otro problema que he notado es mi lenguaje, el que mejor lo lee soy yo, los giros que utilizo a veces son de difícil comprensión y ciertamente mi estilo no es ni fluido y mucho menos brillante. En definitiva he comprobado en carne propia como el arte de escribir es de gran dificultad, máxime cuando lo que se pretende es transmitir algo.
Finalmente y ya acabo, quisiera poder cumplir aquello a lo que me obligué, pero creo que será difícil de conseguir. Pero quizá la razón estribe en el asco que está comenzando a darme de los políticos, no de la política, sí de aquellos que instrumentalizan el lenguaje y lo que es peor interpretan las normas siempre en el sentido que en ese momento les interesa, “lo que sea por meter cizaña”.
Hasta pronto.
Existen temas más cercanos a los que también me gustaría referirme, temas que me afectan más directamente pero que considero que comparados por los otros tendrán mucha menos “audiencia”, lo pongo entre comillas porque no creo que este lugar desde el que me dirijo sea visto por muchas personas ya que más bien es mi “memoria histórica”, ya lo comento en mi perfil.
Otro problema que he notado es mi lenguaje, el que mejor lo lee soy yo, los giros que utilizo a veces son de difícil comprensión y ciertamente mi estilo no es ni fluido y mucho menos brillante. En definitiva he comprobado en carne propia como el arte de escribir es de gran dificultad, máxime cuando lo que se pretende es transmitir algo.
Finalmente y ya acabo, quisiera poder cumplir aquello a lo que me obligué, pero creo que será difícil de conseguir. Pero quizá la razón estribe en el asco que está comenzando a darme de los políticos, no de la política, sí de aquellos que instrumentalizan el lenguaje y lo que es peor interpretan las normas siempre en el sentido que en ese momento les interesa, “lo que sea por meter cizaña”.
Hasta pronto.
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