Nunca he creído en la suerte, en la que nos cae del cielo menos, pues siempre me han enseñado que lo que uno quiere tiene que perseguirlo y que tan solo con el trabajo y la tenacidad se consigue que algún día nos caiga el tan ansiado regalo.
La vida fácil que damos a nuestros hijos, la facilidad con la que obtienen lo que desean muchas veces sin el mínimo esfuerzo les puede hacer pensar que las cosas se obtienen de la nada con un poco de suerte y no como fruto del esfuerzo y la perseverancia, y esta sensación se puede agravar haciéndoles pensar que cuando no consiguen algo o algo se les tuerce es debido tan solo a su mala suerte.
Los jóvenes de ahora parece que sí creen en la suerte, o mejor dicho en su mala suerte, piensan que las cosas se producen al azar sin buscarlas, y como resulta que no siempre es bueno lo que les ocurre consideran que tienen gafe o mala suerte. Hay un dicho o refrán que dice “quien siembra cosecha”, y efectivamente primero hay que colocar las bases de lo que se quiere conseguir, pero para lograrlo es necesario realizar un esfuerzo, hay que cuidar y regar la tierra pues será entonces cuando aparezca el fruto. Y sentadas esas bases también surgen las oportunidades o mejor dicho la suerte y es en ese momento donde estando preparados podemos aprovecharlas. Así el chico que practica deporte y quiere ser profesional, además de cualidades, deberá trabajar y entrenar, estando siempre listo para la venida de esa oportunidad que algún día se presentará, y esa será su suerte. Quién no lo tenga claro, después no tendrá derecho a quejarse diciendo que mal fario tengo, nada me sale bien,.... que medite cual ha sido su trabajo y se pregunte si realmente ha perseguido ese deseo o se ha dormido en los laureles esperando que caiga del cielo.
La vida fácil que damos a nuestros hijos, la facilidad con la que obtienen lo que desean muchas veces sin el mínimo esfuerzo les puede hacer pensar que las cosas se obtienen de la nada con un poco de suerte y no como fruto del esfuerzo y la perseverancia, y esta sensación se puede agravar haciéndoles pensar que cuando no consiguen algo o algo se les tuerce es debido tan solo a su mala suerte.
Los jóvenes de ahora parece que sí creen en la suerte, o mejor dicho en su mala suerte, piensan que las cosas se producen al azar sin buscarlas, y como resulta que no siempre es bueno lo que les ocurre consideran que tienen gafe o mala suerte. Hay un dicho o refrán que dice “quien siembra cosecha”, y efectivamente primero hay que colocar las bases de lo que se quiere conseguir, pero para lograrlo es necesario realizar un esfuerzo, hay que cuidar y regar la tierra pues será entonces cuando aparezca el fruto. Y sentadas esas bases también surgen las oportunidades o mejor dicho la suerte y es en ese momento donde estando preparados podemos aprovecharlas. Así el chico que practica deporte y quiere ser profesional, además de cualidades, deberá trabajar y entrenar, estando siempre listo para la venida de esa oportunidad que algún día se presentará, y esa será su suerte. Quién no lo tenga claro, después no tendrá derecho a quejarse diciendo que mal fario tengo, nada me sale bien,.... que medite cual ha sido su trabajo y se pregunte si realmente ha perseguido ese deseo o se ha dormido en los laureles esperando que caiga del cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario