Me quito el sombrero ante Nadal, qué partido frente a Del Potro, que forma de jugar, cómo golpea de derecha y de revés y, sobretodo que cabeza, no desespera, sabe esperar, cambia durante el partido,...qué más se puede pedir. Esta tarde tenía enfrente a otro argentino Juan Martín del Potro, un jugador consolidado que viene de una lesión pero que se ha integrado perfectamente, con un saque y y una derecha espectacular, y así lo ha demostrado durante los ocho primeros juegos del partido, ha tenido a Rafa contra las cuerdas, pero no ha aprovechado sus oportunidades de break, algo que el manacorí si ha hecho, pues no solo ha aguantado los envites del argentino sino que a la primera oportunidad le ha roto y a continuación ha ganado el set. A partir de ese momento sobre la pista tan solo ha existido Nadal, que ha dado todo un recital, nada que recriminarle, es un jugador que ha mejorado con los años, saca mejor, tiene mejor revés y además es más agresivo.
El domingo disputará su undécima final, esta vez contra Thiem el joven austriaco que le ganó en Madrid y que hoy ha acabado con el sueño del italiano Cecchinato, al que ha vencido por 7.5 7.6 6.1. El partido sin duda no se parecerá demasiado al disputado en el abierto de la capital española, no tendrá el austriaco la ventaja de la altura, pero no olvidemos que también le ganó en Roma en el 2017, algo que Rafa no olvida fácilmente.
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