Las pruebas previas al mundial de Rusia parecen mostrar a una selección que funciona, los goles siempre animan y más cuando el juego pone de manifiesto una gran calidad y además se disfruta. Alemanía era un buen test, contra un equipo tan consolidado actual campeón del mundo realizar un buen partido no siempre es fácil, pues la fortaleza física de los germanos impide desarrollar un juego trenzado como le gusta a España. El segundo test frente a Argentina era también importante, pues es una selección difícil, luchadora, con grandes estrellas, que además se considera como un conjunto que lo puede todo. Ayer faltaban entre otros Messi y Agüero, dos baluartes de su ataque, pero no es un equipo al que sea fácil marcarle; sin embargo, el equipo español mostró un juego, un toque, una conjunción que rayaba la perfección, lo que unido a algunos fallos defensivos facilitó la goleada, 6-1, con goles de Costa, Aspas, Tiago y tres de Isco que se convirtió en el líder y la referencia de del equipo.
Jugar así no es lo normal, por eso no hay que empezar tirar cohetes, mejor ser modestos y considerar este abultado resultado como fruto del buen juego y de un estado anómalo de los argentinos.
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