Tras la derrota del At. de Madrid en Gijón todos esperaban que el Barcelona diera por sentenciada la liga en su visita a Villarreal; sin embargo, el submarino amarillo es mucho equipo, sabe tocar la pelota, tiene profundidad y lucha los noventa minutos. Aunque los levantinos llevaban la iniciativa y creaban peligro, la suerte de los grandes permitió a los catalanes marcar en un rechace de la defensa, para colmo el árbitro señaló un penalti más que dudoso del portero amarillo al teatral Neymar, que fue el encargado de realizarlo y marcar el 0-2 para el Barcelona. Pero el Villarreal siguió creyendo en si mismo, siguió empujando y fruto de su constancia, clase y esfuerzo fue lograr los dos goles que le dieron el empate.
El Real Madrid, aunque ya no tiene mucho que hacer en la liga, necesita agradar a su afición y eso se consigue con goles. Además los de Zidanne necesitaban sacarse la espina de la derrota en el Pizjuán y ayer los merengues su pusieron el mono y jugaron más que otras veces, con un Casemiro enorme que cerraba los huecos y cortaba el juego enemigo, con un Keylor que fue un muro en la portería, parando hasta un penalti, y con un Benzema que sabe lo que es tener el balón en los pies y que lo mismo da pases magistrales que remata a gol. El resultado fue un sonoro 4-0 al Sevilla, equipo que no supo estar a la altura y que difícilmente mostró el peligro que normalmente muestra en su campo.
Si hay que destacar algo más, hay que referirse a un equipo como el Valencia que cada día va a peor. Su entrenador inglés no ha logrado solventar los problemas del equipo, es más creo que éstos se han incrementado sobremanera. El Celta aprovechó la situación para llevarse los tres puntos.
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