Mucho le está costando a Nadal alcanzar el estado óptimo de competición, parece faltarle esa chispa o ese instinto asesino que le permitía sobreponerse a su rival y llevarse el triunfo. En sus últimas derrotas le ha pasado lo mismo, gana el primer set y cae en los dos siguientes, como si una vez superado entrase en un momento de relajación que le impide culminar lo comenzado.
Si en Indian Wells cayó ante el gigante Raonik, ayer en Miami hizo lo propio con su compatriota Verdasco, que le ha vuelto a ganar. Será que sus contrincantes ya no lo ven como un dios y se ven con posibilidades de vencerlo, creo que hay un poco de todo, falta de instinto, conformismo, hartazgo, y las ganas que le tienen sus rivales.
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