Todos los equipos tienen su momento y, sin duda, ahora lo es del Barcelona. Los azulgranas no solo ganan sino que juegan, con el liderazgo de Messi, sin duda el jugador que marca la diferencia. El argentino cuando tiene la pelota en los pies es peligrosísimo, ya quieto o en movimiento es capaz de llevarse a la defensa, o de desbordar a todos los que le salen al paso, además sabe asistir a sus compañeros o disparar con peligro, si ayer en la champions no marcó solo fue porque el portero del Manchester lo bordó.
Por contra el Real Madrid sigue atascado, primero empate en casa con el Villarreal, después derrota frente al Schalke 04, aunque pasó de ronda, y aunque el fin de semana pasado venció al Levante, nada indica que su juego haya mejorado. Su estrella, Ronaldo, está ausente desde hace meses y tan solo sabe quejarse, independientemente de que cuando tenga ocasión marque, la mayoría de las veces darle el balón es perderlo. Ni con la aparición de Modric ha mejorado la cosa.
Con esta situación el clásico pierde cierto color, aunque nunca se sabe, lo normal es que el Barcelona aplaste al Madrid, pero también puede ser la ocasión para dar un golpe de timón que ganen los blancos, cojan de nuevo el liderazgo y cambien de rumbo.
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