La declaración ante la prensa del presidente del Real Madrid
en la que anunciaba el acuerdo entre esa entidad y el entrenador José Mourinho
por el que ambas partes dan por finalizado el acuerdo contractual vigente ha
llenado a muchos de alivio e incluso de satisfacción.
La historia que deja este entrenador ha sido penosa para el
Madrid, desde el inicio se presentó como un técnico soberbio, falto de tacto,
que parecía tener como principio el fin justifica los medios. El fin
siempre ha sido su ego, su persona, su fama,.... más que defender al equipo y a
sus jugadores se ha dedicado a crear mal ambiente en el banquillo y a culpar a
los que juegan de los fracasos que se han ido produciendo.
Como técnico ha dejado mucho que desear, lo ha tenido todo,
el club ha tirado de cartera para comprar las figuras que deseaba Mourinho, la
cantera la ha ninguneado casi por completo, tan solo han subido a la primera
plantilla de forma ocasional algunos de sus promesas. Respecto al juego que
desarrolla el equipo se ha basado casi exclusivamente en realizar una gran
presión sobre el centro del campo
contrario para recuperar balones que después le permitieran lanzar su letal
contraataque. Cuando se enfrentaba con equipos que les cedían la pelota para
que los blancos crearan siempre se han bloqueado. Otra de sus características
es retrasar el equipo después de obtener ventaja, lo que le ha producido
innumerables problemas. En su favor haber encontrado la fórmula para vencer al
Barcelona.
Hay quienes apoyan a este portugués alegando que ha sido el único capaz
de dominar al banquillo blanco, que ha limitado el poder de los capitanes, de
Iker Casillas y Ramos, puede que sea cierto, pero lo dudoso ha sido la forma en
que lo ha hecho y las consecuencias que ha tenido.
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