Primer master 1000 de la temporada, también el primero sobre cemento, tras siete meses de lesión y viniendo de jugar los primeros partidos en tierra,... si tras todo esto se corona campeón de Indian Wells es porque Rafael Nadal sigue siendo un fuera de serie. Ayer la final contra del Potro fue dura, comenzó de forma irregular con tres cero a su favor y con dos bolas para romper de nuevo el servicio del argentino; sin embargo, al final su contrincante se rehizo, marcó distancias con esa derecha plana sorprendente y se amparó en su saque para ganarle al español la primera manga por 6-4.
Pero aún quedaban ganas, como posteriormente dijo, “Cuando conseguí calmarme, jugué increíble”, y en ciert o modo eso es lo que se vio en el partido, las dos mangas definitivas confirmaron que Rafa estaba jugando de nuevo con cabeza y, que podía moverse de forma más cómoda para poder responder a los ataques del argentino. El resultado final fue 4-6,6-3,6-4 y supone una grata sorpresa para todos, pero para Rafa la mayor, como manifestó al final del encuentro, “Los siete últimos meses fueron especialmente duros para mí. Gracias a todos los que me ayudaron y apoyaron. Sin ellos habría sido imposible. Esta es una de las victorias más emotivas de mi carrera. Es impresionante”.
Con esta nueva victoria suma su 22º masters 1000, y además recupera el cuarto puesto en el ranking mundial.
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