Cuando
todo
indicaba
que
el
juego
del
Madrid estaba por
encima
del
de
cualquier
equipo,
especialmente
por
su
gran pegada y cuando
el
inicio
del
partido
lo ponía todo
a su favor gracias al gol de Benzema
en el segundo
21, apareció de
nuevo
la calidad de
un
equipo
y de unos
jugadores
que
no solo han dado al
Barcelona la mejor etapa
de
su
dilatada
vida
sino
que
además
son los responsables,
en gran medida, de
los
éxitos
de
la selección española.
El equipo blanco
tiró
de
físico
incluso
realizó
buenas
jugadas,
pero
ante la forma de
crear
juego
de
Xavi,
Iniesta
y Messi no pudo
hacer
nada,
primero
con una escapada
del
argentino
que
dio
un
pase
medido
a Alexis que logró
el
empate,
después
con la suerte de
los
campeones
en un tiro
de
Xavi
que
rebotó
en Marcelo descolocando a Casillas
y terminando en la red, y por
último
con un centro
medido
desde
la banda derecha
cabeceado
por
Cesc.
A todo hay que
añadir
las
numerosas
ocasiones
en las que
Iniesta
se
adentraba
por
la banda izquierda
y se plantaba
solo ante Iker.
En el lado
de
los
blancos
como
siempre
ocurre
en estos derbis
desaparecieron
la estrella Ronaldo
y el alemán
Ozil,
el
primero
con su ambición
desmedida
queriendo
resolver siempre y olvidando
el
juego
de
equipo,
en al menos
dos ocasiones pudo
haber
pasado
a un compañero
que
estaba
en mejor posición,
y el segundo
porque
apenas
se
le
vio
en el campo.
Todo
ello
unido
a la alineación que
Mourinho
puso
sobre
el
césped,
colocando
a un zurdo
en el lateral derecho
y olvidando a todo
un
campeón
del
mundo
como
Arbeloa,
no alineando desde
el
comienzo
a Kaka al
que
se
le
dan
bien
los
cules,
o no sacando del
campo
a su compatriota
Ronaldo
que
sigue
siendo
intocable
por
muy
mal
que
lo haga. Si sigue
con estas alineaciones
primando
a sus compatriotas
flaco
favor le va
a hacer al
equipo
blanco.
En fin, gano el
que
mejor
jugo.
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