La final del Master 1000 de Madrid enfrentaba a los números uno y dos del mundo, por tercera vez en esta temporada, anteriormente en Florida y en California, Nadal y Djokovic se veían las caras y por tercera vez el serbio lograba la victoria.
Novak Djokovic parece un jugador fuera de serie, capaz de dominar el juego tanto de derecha como de revés, con un saque que le permite llevar la iniciativa, pero con un resto que le hace dominar el servicio del rival. Ayer Nadal dio todo de sí, no se dio por vencido, ni tan siquiera cuando en el primer set iba 4-0 abajo, su calidad y su entrega son inigualables, pero enfrente tenía una auténtica máquina de hacer tenis. Al serbio no le incomodaban las bolas altas que Nadal le enviaba continuamente al revés, las contestaba con facilidad y en el momento en que podía las cruzaba en un ángulo casi imposible, pero es que con la derecha era también un martillo y, si en algún momento se sentía presionado en el servicio realizaba un aces o un saque tan potente que Nadal no podía contrarrestar.
Ojo, Nadal no solo luchó y ejecutó golpes magistrales, también supo remontar y romper el servicio de su rival, pero quien dominaba el partido era claramente el serbio, que con esta victoria sigue imbatido esta temporada y, por cierto es la primera vez que vence al español sobre tierra. Rafa tendrá que analizar el partido, su juego, preguntarse porque tenía tanta necesidad de protegerse el revés, porqué se empeñó en atacar casi siempre el revés de su rival, porque su saque es tan irregular. El hecho de jugar en altura, 655 metros de Madrid, seguro que ayudó al juego del serbio, pero creo y se que Rafa analizará lo sucedido y seguro que encuentra soluciones.
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