Antes de la celebración del partido estaba escribiendo lo siguiente: “La pelea de gallos ante los periodistas de los entrenadores del Barcelona y del Madrid han supuesto la antesala de lo que puede ser el partido de esta noche. Los golpes que se han dado Guardiola y Mourinho no han tenido desperdicio, pues si bien el portugués ha estado en su línea de indiscreción, insinuaciones y haciendo gala de no tener amigos, sus declaraciones han sacado a Guardiola de su compostura, de hecho nunca se le habían oído expresiones como “puto...”, en una muestra clara del cabreo que le embargaba tras escuchar o leer las palabras de Mourinho.
Gracias a que aún existen profesionales del fútbol que quieren colocar las cosas en su sitio, en lo exclusivamente deportivo, sin entrar en las polémicas normalmente provocadas por los periodistas, que no dudan en crearlas y alimentarlas, el argentino Mascherano hizo una llamada de atención a la cordura, a la defensa del deporte, al fair-play que debe imperar en estos encuentros independientemente de la trascendencia de lo que se ponga en juego.”
Y una vez visto el partido, bueno el casi-encuentro, he decir que la expectación creada ha sido mayor que el juego visto. Analizando lo sucedido hemos de decir que el Madrid jugó al antifútbol, con un planteamiento conservador centrado en no permitir que el rival crease y por tanto a evitar que marcara, fue una búsqueda del empate. El Barcelona por su parte fue fiel a su estilo y llevó la batuta del partido en todo momento, Guardiola cambio los extremos colocando a Villa a la derecha y a Pedrito en la izquierda, y con un centro del campo en el que Messi ayudaba a Xavi, el dominio de los azulgranas lo demuestra el hecho de que tuvieron una posesión del 75%.
Otras cosas a tener en cuenta y que fueron fundamentales fueron la obsesión de los jugadores por provocar la expulsión del contrario, casos como los de Pedrito, Alves, Busquet y Di María, aquí también dominó el Barcelona, pues son mejores actores quizá basándose en que físicamente parecen más débiles. El arbitro cayó en la trampa y saco algunas tarjetas, la principal la roja a Pepe, gran pérdida para el Madrid ya que es una pieza fundamental en el planteamiento antifútbol de Mourinho. El hecho de que de nuevo el Madrid se quedase con diez fue trascendental para el partido, pues la pérdida de Pepe supuso que el centro del campo catalán comenzase a funcionar y de que viniesen los dos goles de Messi, ante los que no hay que decir nada pues fueron dos golazos, especialmente el segundo.
De las tanganas no hay que decir nada, fueron fruto de la tensión creada antes del partido y de los nervios del momento, y de las declaraciones posteriores especialmente las de Mourinho, tampoco, aunque me recuerda a Don Quijote luchando con los molinos de viento envuelto en su locura. En mi opinión el entrenador del Madrid debe centrarse en el gran equipo que tiene, pues no basta con motivarlos además hay que darles juego, planteamientos que aprovechen sus cualidades, y aunque sea difícil superar un 0-2 en contra al menos un club de la categoría del Madrid está obligado a intentarlo.
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