Nadal es Nadal, es el número uno actual y ejerce como tal, todos acaban respetándolo. Con un juego más agresivo, intentando llevar la iniciativa en todo momento, con un saque que sin ser tan fuerte como los de otros es más colocado e inesperado y con esos golpes magistrales de un zurdo diestro que levantan al público Nadal ha conseguido llegar a la final del torneo londinense. Si a todo ello le unimos una mente equilibrada que le permite no irse nunca del partido y una constancia envidiable tenemos el arma letal en que se ha convertido nuestro compatriota. Si en algunas ocasiones me ha aburrido su peloteo largo en espera del fallo del rival, hoy mientras veía la semifinal me he encontrado con un jugador agresivo que busca los golpes ganadores y algo más, ya no depende tanto de su físico, lo utiliza pero se cuida, evita ir detrás de bolas imposibles y aunque nos quite esos momentos espectaculares, se reserva y espera el siguiente momento para dar la estocada. Hasta el público ha comprendido que lo que tenían frente a su paisano Murray era el número uno del ranking y así lo han tratado. Esperemos que el domingo pueda de nuevo lucir su juego ante su viejo enemigo Berdych que parece haber renacido, será un partido muy difícil no olvidemos que el checo se ha desecho entre otros de Federer y de Djokovic, esperemos ver un gran partido y que Rafa gane su segundo Wimbledon.
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