La Roja, nombre con que hemos bautizado a la selección española sigue adelante, y como siempre sufriendo, primero para pasar a octavos se tuvo que jugar una final ante Chile en la que gracias a la ambición de los sudamericanos que no se cerraron en ningún momento España pudo marcar dos goles excepcionales de Villa, a continuación la final de octavos ante Portugal en la que de nuevo nos costó sufrir ante un contrario encerrado en su campo que no permitía realizar fútbol alguno y anoche en cuartos ante Paraguay, otro equipo que aprendió la lección de Suiza, que se cerró en su campo y que presionó durante los noventa minutos, eso sí lanzando balones hacía su gigantón delantero centro y poniéndonos contra las cuerdas, primero con el gol anulado por fuera de juego, después con el penalti parado por Iker y cuando ya íbamos ganando con las dos paradas consecutivas de Casillas ante sus delanteros.
Durante todos los encuentros de la selección nos hemos encontrado con unos árbitros desastrosos, japoneses y sudamericanos no han ayudado al fútbol de la roja, y el último ha sido el peor de todos, pues no solo ha permitido que los charruas realizasen un juego duro en ocasiones casi violento sino que ha sido incapaz de ver jugadas, principalmente el penalti a Cesc tras la repetición de la pena máxima a la que nos obligó este colegiado que será muy famoso en su pequeño país pero que no tiene ni la experiencia ni la capacidad para arbitrar unos cuartos de un mundial de fútbol.
Ahora en las semifinales nos toca de nuevo Alemania, que querrá vengarse de la final de la Copa de Europa, aunque el equipo que los germanos presentan es diferente al de entonces, pues ahora no solo corren sino que elaboran jugadas que les llevan facilmente hasta la puerta, el partido será más difícil que los anteriores aunque la única diferencia es que posiblemente España pueda jugar al fútbol.
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