Cuestiones de estado. Reflexión.

Dicen que los españoles tenemos fama de “quijotes”, somos los valedores de las causas perdidas y anteponemos los idealismos a los pragmatismos, con todas sus consecuencias. De esta manera hay veces que lo que realmente hacemos es tirar piedras sobre nuestros propios tejados.

El caso Haídar es un ejemplo, al final el marrón nos lo comeremos nosotros tanto si deja la huelga de hambre como si, dios no lo quiera, muere de inanición. La causa saharaui parecía olvidada, nos bastaba con recibir a los niños durante los meses de verano y ofrecerles las muchas cosas de las que a diario carecen en sus campamentos de refugiados, la población española se había convertido en una ONG, como si pesara en nuestra conciencia el final que el franquismo le dio a su antigua colonia.

Pero en este maremagnum, ante el que el reino marroquí parece inmutable, impasible, como si con ellos no fuera el problema, el gobierno español en lugar de apoyo a su gestión se encuentra que desde la derecha, el PP, y desde la izquierda, IU, les recriminan por su debilidad internacional y les exigen que remedie lo que nos dejó el régimen totalitario franquista, convirtiendo esta cuestión en una pieza más en el acoso y derribo del actual gobierno socialista.

En mi opinión creo que este país necesita definir claramente su posición internacional, debe saber cuales son sus aliados, aquellos a los que deberá lealtad y de los que podrá exigir colaboración y apoyo, pero para ello es imprescindible que todos los partidos políticos lleguen a un acuerdo, y evitar utilizar situaciones como la de la militante saharaui, o el caso del pesquero vasco, o el de los cooperantes catalanes secuestrados en Mauritania como arma arrojadiza de la que obtener beneficios electorales y políticos. Por desgracia de lo que adolecemos es de tener definidas aquellas cuestiones que hay que considerar como cuestiones de estado, sin color político, como son la política internacional, la educación, la estructura del estado,......