Páginas

24 febrero 2009

La dimisión de Bermejo, ministro de Justicia


El ministro de Justicia como buen rockero después de dar caña ha decidido dimitir. Bermejo tuvo la mala fortuna de cazar en compañía del juez Garzón y, lo que es peor sin licencia de la Junta de Andalucía. Y claro, Chaves presidente de la comunidad autónoma y del partido socialista no tuvo más remedio que iniciar el procedimiento sancionador “lo que ha provocado la dimisión del Sr. Ministro”.

Muchos han sido y son los enemigos de este político caracterizado por sus agudas y mordaces respuestas ante los ataques de los populares, de los funcionarios de justicia y de los jueces. Pero además su perfil luchador y poco diplomático lo ha llevado de cabeza, convirtiéndole en la cabeza de turco de los males, que no son pocos, que aquejan a la justicia de nuestro país. Así, cuando públicamente expresaba sus opiniones, con las que coincidimos muchos españoles, y decía que los jueces debían de responder por sus actos, que tenían que ser menos engreídos y más accesibles a los ciudadanos, nadie dudaba de que la judicatura nunca lo olvidaría y le haría pagar por ellas, algo de lo que también se ha aprovechado el PP.

Parece además que muchas de las carencias de las que adolece nuestro sistema judicial fueran de ahora, olvidando que se trata de una lacra de años y hasta de siglos, haciendo responsable de esta situación al gobierno socialista, por cierto el que más ha invertido en la modernización y en el equipamiento de los tribunales, y especialmente a su titular, el ministro Bermejo.

No puedo ocultar mis simpatías por este fiscal metido a político, sobretodo cuando tomó posesión de su cargo y tuvo que soportar las cargas de profundidad que le lanzaban los populares, siendo uno de los pocos socialistas que respondía a las patrañas que la oposición lanzaba, y a las que Zapatero aún no había respondido como a muchos nos hubiera gustado. Demasiado talante el suyo ante expresiones tales como que los socialistas eran amigos de ETA, que detrás del 11M había una trama cuyo objetivo era acabar con el gobierno del PP, las manifestaciones de las asociaciones de víctimas y las proclamas de los obispos. Las actuaciones de ministro en el Congreso y ante la prensa me recordaban al vicepresidente Guerra, por su mordacidad y su agudeza a veces hiriente pero necesaria para no dejar desvalidos a muchos políticos y votantes de la izquierda.

Pero al final este luchador, este rockero, este político,... difícil en la negociación y poco amigo de las concesiones cometió un craso e imperdonable error “ir de caza con Garzón”, cuando éste instruía un proceso en el que puede haber militantes y hasta cargos del PP implicados, y claro ésta el que la hace la paga.

Por último desearle lo mejor y reconocerle la valía de la que ha hecho gala presentando su dimisión y evitando así que el gobierno y el PSOE salieran perjudicados de esta situación.

No hay comentarios:

Reloj

Reloj
By ISF