En el mundo animal se dice que “el pez grande se come al pequeño” y en el mundo deportivo parece pasar exactamente lo mismo, que difícil y cuanto trabajo tienen que hacer los pequeños para triunfar sobre los grandes.
Ayer domingo presencie en la televisión el partido de liga Barcelona – Almería, el escenario era impresionante, el estadio estaba casi lleno, ya que la afición barcelonesa es de las más fieles, adora a su equipo, casi nunca le pita y cualquier detalle de calidad de cualquiera de sus grandes jugadores, todos son figuras, es acompañada de una ovación. Frente a ellos un equipo recién ascendido, con jugadores curtidos en la segunda división y sin apenas figuras individuales pero si un gran bloque, bien situado en el campo, que le gusta tener y manejar el balón y que juega con gran verticalidad, así al final pudo verse como la posesión del balón estaba al 50%.
La diferencia está en el nombre de los jugadores, no es lo mismo que caiga dentro del área un tal Ortiz , Negredo ... o que caiga una figura, los primeros fingen y los otros merecen el premio de la pena máxima. O bien los casos de goles en fuera de juego, en Madrid perjudicaron al Almería y en Barcelona también, en un caso se le anulo un gol al Almería y en el otro se le concedió gol al Barcelona,..... Curioso pero cierto.
Por estas razones, y dada la picaresca de los jugadores de este país ya sean nacionales o extranjeros, no entiendo como los equipos pequeños no solicitan a la federación que los llamados cuartos árbitros en lugar de estar exclusivamente atentos a los cambios o a la actuación de los banquillos, dispongan de los medios adecuados para poder visualizar las jugadas conflictivas facilitando el arbitraje y evitando de esta manera los favoritismos que consciente o inconscientemente se produzcan. Son muchos los deportes que están recurriendo a estos métodos evitando así muchas injusticias que no solo perjudican a los equipos sino al estamento arbitral en especial.
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