La España centrifuga, así podríamos llamar a alguna de las nacionalidades que conforman el estado español. Parece una cuestión de física, un cuerpo gira alrededor de otro y se mantiene unido siempre y cuando las fuerzas centrífuga y la centrípeta se anulen entre sí, pero todo depende de la velocidad a la que gire pues si ésta sigue aumentando al final el cuerpo saldrá despedido como si de una piedra arrojada por una onda se tratara. Y eso es lo que les pasa a algunos partidos nacionalistas que aumentan la velocidad de giro en ciertos momentos el día de la comunidad, o cuando se acercan las elecciones y necesitan negociar con el gobierno central para aumentar las competencias o las inversiones que el estado ha de realizar en esas comunidades.
Parece como si de un juego se tratara, por un lado se intenta que la velocidad de giro aumente, dicho de otra manera aumenten las exigencias económicas o de autogobierno, y por el otro se dan concesiones con objeto de que el cuerpo no salga disparado. Pero este tira y afloja alguna vez se romperá en alguno de los dos sentidos, o bien los nacionalistas aceptan de una vez que son parte de España y que son España o bien se autodeterminan y constituyen un estado independiente, este parece ser el dilema permanente en la nación española.
Parece como si de un juego se tratara, por un lado se intenta que la velocidad de giro aumente, dicho de otra manera aumenten las exigencias económicas o de autogobierno, y por el otro se dan concesiones con objeto de que el cuerpo no salga disparado. Pero este tira y afloja alguna vez se romperá en alguno de los dos sentidos, o bien los nacionalistas aceptan de una vez que son parte de España y que son España o bien se autodeterminan y constituyen un estado independiente, este parece ser el dilema permanente en la nación española.
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