Oposición ¿?

No se si el periódico “El Mundo” ha comenzado ya las operaciones de acoso y derribo del gobierno socialista de Zapatero, si son los dirigentes del PP los que han dado las instrucciones para ello o, si la política española no puede estar tranquila y necesita que la derecha afile sus garras y se lance de nuevo al cuello del dirigente de turno. En cualquier caso parece que son los representantes del ala más derechista, los ultraconservadores, los que han tomado las riendas del partido y están repartiendo mamporros en todas las direcciones posibles olvidándose de que en este mundo demócrata y civilizado no se puede ser fanfarrón, déspota, irónico,.... sin que todo eso te pase factura tarde o temprano. No es de recibo gastar tantas energías en lanzar bulos y falsas acusaciones intentando hacer lo blanco negro y viceversa, o como decía en anteriores comentarios el fin no siempre justifica los medios.

Son muchos los frentes abiertos, los más importantes la inmigración ilegal, la paz en el país vasco, y el terrorismo islámico. Pero actualmente el 11M es el caballo de batalla de la oposición, aún siendo del máximo interés para los españoles creo que debía de haber dejado de ser una cuestión política y permitir que sea la judicatura la que juzgue los hechos, investigue y determe quienes son los responsables de esos deleznables actos. Pienso que utilizar un tema tan doloroso para los españoles como arma para desgastar al gobierno puede convertirse en un boomerang que acabe rompiéndoles el rostro a los caraduras que lo están esgrimiendo, máxime cuando para ello no les duelen prendas y están llegando a poner en entredicho las actuaciones de diversas instituciones del estado. Así se lo han hecho saber los grupos parlamentarios al partido popular, aunque como siempre éste en lugar de tomar nota le ha dado la vuelta al argumento y, el hecho de haberse quedado solo le anima a seguir por el mismo camino.

Es evidente que la oposición tiene el deber de luchar por recuperar el poder, de controlar las actuaciones del gobierno velando por el bien común y, también es cierto que tienen que defender sus ideas y las de sus seguidores y votantes, pero todo ello no a consta de desprestigiar no ya a los políticos sino a las instituciones del Estado como el Parlamento, la judicatura y las fuerzas del orden.

Día a día me sorprende ver como el líder de la oposición en vez de dirigir y dictar la forma de actuar de su partido, ha de estar a lo que sus colaboradores, Zaplana y Acebes, y algunos de sus medios de comunicación El Mundo y la COPE dicten, sin olvidar la sombra del expresidente que junto con su fundación FAES no cesa en marcar las directrices políticas de los populares.