El 11S ha significado para el mundo un punto de ruptura entre dos culturas la occidental y la islámica, hasta ese momento el terrorismo y en concreto el internacional se caracterizaba por atacar instituciones u organismos estatales, principalmente embajadas y bases militares, situadas en Asia y África, su objetivo parecía claro atentar contra los estados y contra sus representantes. Sin embargo, el ataque a las torres gemelas, seguido por el 11M en Madrid y por el de Londres, han significado un ataque directo a la cultura occidental persiguiendo hacer el mayor daño posible no solo a los estados sino a sus habitantes, ya no importa lo que representen pues cualquier ciudadano por el hecho de ser de otra cultura es objetivo de los terroristas.
Desde entonces nuestro mundo vive bajo la amenaza, por ello la mayoría de los países occidentales y algunos árabes han incrementado sus niveles de seguridad. En casi todos se ha multiplicado la vigilancia en los aeropuertos y en los medios de transporte colectivo, pero además ha aumentado la investigación de los servicios de inteligencia intentando detectar las células terroristas, e intentando evitar la ejecución de sus acciones. También se intenta detectar los líderes religiosos que predican la confrontación entre culturas y que justifican las matanzas, ya que los grupos terroristas se nutren fundamentalmente de sus seguidores. En algunos casos como los Estados Unidos el control se ha hecho asfixiante, poniendo muchas trabas a la entrada de personas desde el exterior, y sometiendo a un control especial a toda la población de origen islámico o de religión musulmana.
Todas estas medidas parecen justificadas, sin embargo no creo que deban quedarse ahí, es necesario abrir vías de diálogo entre las dos culturas, buscar la comprensión y la colaboración, establecer lo que nuestro presidente llama la alianza de civilizaciones. No todos los musulmanes son integristas, y mucho menos terroristas, debemos por ello incrementar los lazos que nos unen, limar las asperezas y ayudar a los musulmanes moderados y a sus países. Al mismo tiempo o previamente hemos de analizar si los comportamientos de nuestros estados, los occidentales y antiguos colonizadores, han favorecido el nacimiento y el incremento del integrismo radical, ya que nuestros intereses económicos, el de nuestros países y el de nuestras empresas, son los que han condicionado nuestras acciones y éstas muchas veces han sido y siguen siendo abusivas.
Desde entonces nuestro mundo vive bajo la amenaza, por ello la mayoría de los países occidentales y algunos árabes han incrementado sus niveles de seguridad. En casi todos se ha multiplicado la vigilancia en los aeropuertos y en los medios de transporte colectivo, pero además ha aumentado la investigación de los servicios de inteligencia intentando detectar las células terroristas, e intentando evitar la ejecución de sus acciones. También se intenta detectar los líderes religiosos que predican la confrontación entre culturas y que justifican las matanzas, ya que los grupos terroristas se nutren fundamentalmente de sus seguidores. En algunos casos como los Estados Unidos el control se ha hecho asfixiante, poniendo muchas trabas a la entrada de personas desde el exterior, y sometiendo a un control especial a toda la población de origen islámico o de religión musulmana.
Todas estas medidas parecen justificadas, sin embargo no creo que deban quedarse ahí, es necesario abrir vías de diálogo entre las dos culturas, buscar la comprensión y la colaboración, establecer lo que nuestro presidente llama la alianza de civilizaciones. No todos los musulmanes son integristas, y mucho menos terroristas, debemos por ello incrementar los lazos que nos unen, limar las asperezas y ayudar a los musulmanes moderados y a sus países. Al mismo tiempo o previamente hemos de analizar si los comportamientos de nuestros estados, los occidentales y antiguos colonizadores, han favorecido el nacimiento y el incremento del integrismo radical, ya que nuestros intereses económicos, el de nuestros países y el de nuestras empresas, son los que han condicionado nuestras acciones y éstas muchas veces han sido y siguen siendo abusivas.
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