De nuevo el Barcelona ha caído en las semifinales de la Champions, el año pasado la Roma le levantó un marcador abultado, pero es que este año les ha pasado lo mismo, pero con un 3-0 a favor no han sido capaces de frenar el ímpetu de un Liverpool que salió a darlo todo aunque le faltasen figuras. El cuatro a cero fue nefasto, aplastante, y con un cuarto gol de risa que mostró la falta de concentración de los blaugranas, noqueados por un marcador de 3-0 que no esperaban.
El Barcelona no estuvo a la altura, ni fue salvado por Messi que estuvo en modo selección, ni encontraron un sustituto, porque el bocazas de Suárez siempre ha estado sesteando en la Champions. Es curioso que un equipo que impone, con recursos, con un juego bien definido que le da el dominio y con individualidades tan significativas caiga año tras año de la misma forma. Fue una noche redonda para los que preferimos que pierda.
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