Si pensábamos que tras la decepción el mundial la cosas se enmendaría, el último partido de la selección en Eslovaquia nos ha confirmado que todo puede ser peor. Del Bosque no ha asumido la necesidad de un cambio radical, el juego que nos ha llevado tan lejos es conocido por todos y además tienen el antídoto para contrarrestarlo. El equipo centro europeo así nos lo ha demostrado, nos dejó el balón y cerró filas atrás impidiendo que nuestros centrocampistas pudieran meter balones en el área a un Costa que no ha visto meta en los minutos que ha jugado con España, si no sale Alcacer no metemos un gol.
La derrota confirma que es momento de reconocer que hay que empezar de nuevo, debemos cambiar al salmantino, ya ha cumplido y debe saber dejarlo a tiempo, y dar entrada de una vez a nuevos jugadores adaptando el juego de la selección a sus características.
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