Dos mitades distintas, la primera de claro dominio español con oportunidades para marcar ante un gran guardameta francés que lo paraba todo, hasta un penalti lanzado por Cesc que hubiese supuesto el 2-0 para España.
La segunda, tras los cambios realizados en el equipo galo mostraron a una Francia ambiciosa, con grandes jugadores, Benzema y Ribery llevaron gran peligro a la portería de Casillas y las oportunidades se sucedieron. Y cuando todo parecía indicar que el partido finalizaría 1-0 para España, un error de Juanfra en el centro del campo permitió un rápido contragolpe de la delantera francesa en la que el ariete Giroud batió a Casillas tras un pase medido de Ribery.
España no puede dormirse en los laureles, sus éxitos anteriores no ganan partidos, es necesario seguir trabajando y buscando los goles que en definitiva son lo que marca las diferencias.
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