La final de Roland Garros enfrentará de nuevo a Roger Federer y a Rafael Nadal. Será la primera final de este año en la que no esté el serbio Novak Djokovic, que ha sucumbido ante Federer en el tie-break del cuarto set, una cura de salud para Nole, que parecía subido de tono con esos gestos desmesurados de King-Kong y esos gritos de oso defendiendo sus dominios. Hemos de reconocer que Djokovic es el jugador más en forma del circuito, que esta mostrando un juego insuperable y sus triunfos son merecidos pero necesita calmarse, y quien mejor para lograrlo que el mejor jugador del mundo Roger Federer, que a la vez se sacó una espina que tenía clavada desde hace tiempo.
Por su parte Rafa de nuevo fue el de siempre, ha recuperado las ganas y la motivación y su juego ha vuelto a ser agresivo, con grandes golpes ganadores con su derecha y un revés seguro y necesario para pasar a dominar los puntos, a ello hay que añadir los aces que consigue en momentos importantes. Y ojo, Murray jugo y mucho, lucho y puso muy difícil la victoria en tres sets de Nadal, en un partido de más de tres horas. Rafa se vio feliz y más se puso cuando su amigo Federer le hizo el regalo de ganar al serbio y mantener así el número uno una semana más.
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