El sector de la construcción, motor de la economía española de los últimos años, parece haberse ralentizado, aunque su frenazo no ha sido brusco. Su repercusión sobre la economía hasta ahora no se ha sentido y parece que su actividad se va sustituyendo por los servicios y la industria. El Banco Central Europeo ante el riesgo inflacionista en la zona euro ha iniciado un proceso de incremento del precio del dinero, aún a costa de ralentizar el crecimiento económico especialmente el de la locomotora alemana. En los bolsillos de los europeos y muy especialmente de los españoles las consecuencia ha sido un aumento de nuestras hipotecas y como efecto una disminución del dinero disponible para compras, lo que significará a medio plazo una disminución considerable del consumo.
Pero no solo éste ha sido el efecto, muchos habían invertido en construcción con objeto de obtener una mayor rentabilidad gracias a las grandes subidas de los precios, entorno a un 20% anual, los ayuntamientos por su parte se han embarcado en planes urbanísticos que han multiplicado el número de viviendas disponibles, en muchos casos creando nuevas ciudades en las que esperan residan los nuevos habitantes. Sin embargo, todo ello también ha producido un aumento de los esfuerzos locales en dar servicios a la nueva población, todo ello posible en el momento en el que la construcción iba viento en popa y los ingresos municipales eran excepcionales, pero por desgracia parece que la época de las vacas gordas ha terminado y comienza el periodo de penuria económica, ya algunos alcaldes como el de Roquetas de Mar en Almería comentaba que el dinero que entraba en las arcas municipales estaba disminuyendo con lo que difícilmente se podrían cumplir los programas electorales y lo que es más grave los servicios que se dan a los ciudadanos podrían verse afectados.
Desconozco con exactitud cual es la situación actual de las nuevas y numerosas construcciones, lo cierto es que las grúas siguen proliferando por nuestros cielos, pero también es cierto que los carteles de se vende y se alquila también son cada vez más numerosos. La oferta de viviendas es espectacular y los compradores parecen haber echado el freno ante las perspectivas de un dinero más caro. Y lo que es peor ayuntamientos como el de Roquetas han ofertado tanto suelo que prácticamente han agotado el que disponían, y ¿ahora que?. Es hora de que el señor alcalde y su corporación se den cuenta de que su municipio presenta graves deficiencias, que existen grandes desigualdades entre los barrios y que por desgracia durante la época de la opulencia tan solo se han dedicado a sus amigos y a los nuevos barrios, por cierto la mayoría deshabitados.
Pero no solo éste ha sido el efecto, muchos habían invertido en construcción con objeto de obtener una mayor rentabilidad gracias a las grandes subidas de los precios, entorno a un 20% anual, los ayuntamientos por su parte se han embarcado en planes urbanísticos que han multiplicado el número de viviendas disponibles, en muchos casos creando nuevas ciudades en las que esperan residan los nuevos habitantes. Sin embargo, todo ello también ha producido un aumento de los esfuerzos locales en dar servicios a la nueva población, todo ello posible en el momento en el que la construcción iba viento en popa y los ingresos municipales eran excepcionales, pero por desgracia parece que la época de las vacas gordas ha terminado y comienza el periodo de penuria económica, ya algunos alcaldes como el de Roquetas de Mar en Almería comentaba que el dinero que entraba en las arcas municipales estaba disminuyendo con lo que difícilmente se podrían cumplir los programas electorales y lo que es más grave los servicios que se dan a los ciudadanos podrían verse afectados.
Desconozco con exactitud cual es la situación actual de las nuevas y numerosas construcciones, lo cierto es que las grúas siguen proliferando por nuestros cielos, pero también es cierto que los carteles de se vende y se alquila también son cada vez más numerosos. La oferta de viviendas es espectacular y los compradores parecen haber echado el freno ante las perspectivas de un dinero más caro. Y lo que es peor ayuntamientos como el de Roquetas han ofertado tanto suelo que prácticamente han agotado el que disponían, y ¿ahora que?. Es hora de que el señor alcalde y su corporación se den cuenta de que su municipio presenta graves deficiencias, que existen grandes desigualdades entre los barrios y que por desgracia durante la época de la opulencia tan solo se han dedicado a sus amigos y a los nuevos barrios, por cierto la mayoría deshabitados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario