El siglo XXI parece la continuación del XX, las posiciones de los distintos países se mantienen, la gran superpotencia dominante sigue imponiendo su política y trasladando sus acciones fuera de sus fronteras fiel a la consigna de que al enemigo hay que combatirlo fuera de casa.
En oriente medio continua su alizanza con el estado hebreo, ariete incondicional siempre dispuesto a atacar al enemigo integrista situado en sus fronteras. Así, desde hace días y tras la excusa del secuestro de uno de sus soldados, inicia su agresión al "estado palestino" gobernado por los integristas de Hamas y, poco después y también con la misma escusa ataca el sur del Líbano donde la guerrilla integrista de Jezbola se estaba haciendo fuerte bajo la tutela y el patrocinio del estado islámico de Irán.
Ante esta situación y, a pesar de que los estados europeos aunque muy debilmente pedían el cese de la lucha y la retirada del ejercito israeli, EEUU potencia dominante, apoyaba incondicionalmente a Israel justificando sus acciones como un ejercicio de legítima defensa de su seguridad y de sus fronteras. Desde mi punto de vista parece que los dos estados habían llegado a un acuerdo previo por el que Israel advierte a sus enemigos, que también lo son de EEUU, de que ha de cesar en su rearme y les indica que no permitira su agresión sea del tipo que sea.
Al final y ante la poca fuerza demostrada por la UE será la secretaria de Estado norteamericana la que inicia los contactos para la consecución de un alto el fuego y de una salida negociada que incluya la interposición de una fuerza internacional que garantice la paz y las fronteras de Israel, objetivo perseguido desde inicio por el estado hebreo.
Y el juego continuará, siempre con EEUU y sus fieles aliados moviendo sus peones y condicionando la política y la paz internacional.
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