Otra vez lo mismo, aunque comenzamos como nunca, al final en la primera prueba de fuego fallamos y una vez más uno de los equipos que nos tienen tomada la medida dio al traste con nuestras aspiraciones.
Reconozcamos que la selección se enfrentó a este mundial de forma distinta, en el primer partido dio una lección de control y de saber estar, en el segundo fue capaz de recuperarse y sobreponerse a la adversidad remontando un gol en contra con paciencia y trabajo bien hecho, en el tercero e independientemente de que todo estaba hecho y de la relajación que eso producía se hizo un partido pésimo aunque se ganase.
En definitiva la fase de clasificación, la liguilla un éxito; sin embargo, algo fallo ya que los técnicos parece que no pensaron en ningún momento que cruzarse con Francia era difícil, y que por muy bien que nuestro equipo estuviese jugando lo había hecho ante equipos mediocres carentes de la fuerza y de la técnica de las grandes selecciones.
La confianza de Luis, la de los periodistas y la de la afición, aunque el principal responsable es el entrenador, hizo que diéramos la alineación con mucha antelación, la suficiente para que Francia pudiera plantear su partido, basado en ahogar a la selección en el centro del campo no dejando a nuestros jugadores maniobrar para acercarse con peligro al área contraria y cortando balones para lanzarse a la contra aprovechando la velocidad de Henry y del extremo derecha. Y así nos fue, el centro del campo francés muy poblado y con jugadores no solo técnicos sino especialmente fuertes y potentes, lograron impedir el juego virtuoso y preciosista de pase de balón de nuestros centrocampistas. Francia demostraba su fuerza y su saber estar, la experiencia y el buen hacer de sus jugadores le llevaron al triunfo, y a ello contribuyo la excesiva confianza con que España enfrentó el partido.
Son muchos los comentarios acerca de las presiones que ha sufrido nuestro seleccionador, externas y también internas del propio vestuario, por eso y dado que estas situaciones se repiten con todos los técnicos de la selección, quizá sea el momento de nombrar a un extranjero de modo que prime la profesionalidad y la imparcialidad a la hora de planificar y seleccionar a nuestros equipos.
Reconozcamos que la selección se enfrentó a este mundial de forma distinta, en el primer partido dio una lección de control y de saber estar, en el segundo fue capaz de recuperarse y sobreponerse a la adversidad remontando un gol en contra con paciencia y trabajo bien hecho, en el tercero e independientemente de que todo estaba hecho y de la relajación que eso producía se hizo un partido pésimo aunque se ganase.
En definitiva la fase de clasificación, la liguilla un éxito; sin embargo, algo fallo ya que los técnicos parece que no pensaron en ningún momento que cruzarse con Francia era difícil, y que por muy bien que nuestro equipo estuviese jugando lo había hecho ante equipos mediocres carentes de la fuerza y de la técnica de las grandes selecciones.
La confianza de Luis, la de los periodistas y la de la afición, aunque el principal responsable es el entrenador, hizo que diéramos la alineación con mucha antelación, la suficiente para que Francia pudiera plantear su partido, basado en ahogar a la selección en el centro del campo no dejando a nuestros jugadores maniobrar para acercarse con peligro al área contraria y cortando balones para lanzarse a la contra aprovechando la velocidad de Henry y del extremo derecha. Y así nos fue, el centro del campo francés muy poblado y con jugadores no solo técnicos sino especialmente fuertes y potentes, lograron impedir el juego virtuoso y preciosista de pase de balón de nuestros centrocampistas. Francia demostraba su fuerza y su saber estar, la experiencia y el buen hacer de sus jugadores le llevaron al triunfo, y a ello contribuyo la excesiva confianza con que España enfrentó el partido.
Son muchos los comentarios acerca de las presiones que ha sufrido nuestro seleccionador, externas y también internas del propio vestuario, por eso y dado que estas situaciones se repiten con todos los técnicos de la selección, quizá sea el momento de nombrar a un extranjero de modo que prime la profesionalidad y la imparcialidad a la hora de planificar y seleccionar a nuestros equipos.
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