¿Quién lo iba a pensar?, un Rafa renacido ha logrado su doceavo trofeo de los mosqueteros, de nuevo ante el ya no tan joven Thiem. Creo que ha sido el mejor Roland Garros de los últimos años, con una semifinal ante el siempre temible Federer, sin casi perder sets a lo largo del torneo. Por el otro lado del cuadro Thiem ha tenido que sufrir más, de hecho en las semifinales se enfrentó a Djokovic, con interrupción del partido debido a la lluvia y llegando a los cinco sets, es el trabajo de más lo que seguramente le ha hecho mella en un partido tan duro como el de hoy.
El partido ha sido muy competido, los dos han comenzado muy fuerte como queriéndose sorprender el uno al otro, el austriaco ha tirado de derecha y de revés, ha corrido por todas las bolas y ha intentado acorralar a Rafa que ni se ha inmutado y le ha seguido en esa lucha llevándose el set. En el segundo, Thiem parece haber acortado los puntos, debía ahorrar esfuerzos, y aunque ha pegado menos sin embargo ha logrado igualar el partido, con lo que la tercera manga era como comenzar de nuevo y ahí es cuando hemos encontrado al Nadal, seguro, con las cosas muy claras, agresivo y efectivo en todos los aspectos de su juego. Rafa ha dado toda una demostración y ha vencido con claridad con un doble 6-1 en los dos siguientes sets llevándose el partido y el torneo.
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