El Real Madrid solventó su partido de liga ante el Rayo Vallecano por un “contundente” 6-2, como si de un partido de tenis se tratara. Los tres goles de Ronaldo, dos de ellos de penalti, parecían la salida de la crisis goleadora de la estrella portuguesa. Pero los que vimos el partido aún no estamos convencidos, pues lo que esta claro es que si al Madrid se le ataca el contragolpe blanco es letal y sus oportunidades son continuas. Sin embargo, cuando los equipos se cierran y defienden su ventaja, el Rayo ganaba 0-1 desde el minuto uno, al equipo de Mourinho le sigue costando hilvanar el juego, no encuentra conexión entre la media, formada exclusivamente por Alonso, y la delantera. Tuvo que ser en una jugada a balón parado la que le permitió empatar y, a continuación de nuevo la alegría del Rayo volviendo al ataque permitió que el Madrid renaciese recurriendo a la velocidad y al contraataque
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